Una noticia de un presunto robo de información por parte de un ingeniero, de 39 años, que trabajó para Google sacudió en las últimas horas a medios y agencias internacionales. Se trata de la acusación formal que le hizo la justicia de Estados Unidos a Anthony Scott Levandowsky.
El hecho se conoció luego de que el gran jurado federal en California emitiera un comunicado dando detalles del hecho. Según dicen, Levandowski habría robado a Google secretos sobre el desarrollo de automóviles autónomos para venderlos a compañías que trabajaban en esa tecnología.
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Todo ocurrió cuando el ingeniero pertenecía a un grupo del gigante tecnológico que se dio a la tarea en investigar y desarrollar vehículos que no necesitaran de un conductor para su funcionamiento. Anthony Scott colaboró con Google desde el 2009; sin embargo, renunció el 27 de enero de 2016 sin previo aviso.
Pero, al parecer, este hombre habría extraído numerosos archivos secretos y clasificados sobre ingeniería, fabricación y negocios de la nueva tecnología, según apunta el Departamento de Justicia.
Los documentos de alto valor por su contenido tecnológico pertenecía al programa ‘Light Detecting and Ranging (LiDar, pos sus siglas en inglés) y se presume que los archivos fueron tomados cuando Levandowski ya colaboraba con otras dos compañías, competencia directa de Google.
Una vez se produjo su renuncia, el ingeniero fundó Otto, un emprendimiento concentrado en el desarrollo de camiones que no utilizaran conductores. Pocos meses después, Uber compró la nueva compañía por 680 millones de dólares y nombró a Levandowski como vicepresidente.
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Pero un año después, en 2017, Google, a través de Alphabet, presentó una demanda contra Uber por el robo de la información. Según ellos, el implicado robó unos 14.000 documentos, lo que le permitió a la plataforma de transporte avanzar en su desarrollo.
Tres meses después, Levandowski fue despedido con el argumento de que no había colaborado con las investigaciones internas de la compañía ni con la justicia. En 2018, Uber acordó pagarle a Google 245 millones de dólares para resolver la acción legal.
El fiscal federal David L. Anderson, que lleva el caso, dijo en un comunicado que «todos tenemos derecho a cambiar de trabajo», pero «ninguno tiene derecho a llenarse los bolsillos al salir por la puerta».
Ahora, el ingeniero enfrenta 33 cargos por robo e intento de robo de secretos comerciales, entre otras imputaciones. De ser hallado culpable, podría enfrentar una sentencia máxima de 10 años y pagar una multa de 250.000 dólares.
REDACCIÓN APP Y EFE