El banco central y el supervisor financiero de Suiza salieron este miércoles en defensa de Credit Suisse (CS), después de que el segundo banco de ese país europeo registró el peor derrumbe bursátil en sus 167 años de historia.
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“El CS satisface las exigencias en materia de capital y de liquidez impuestas a los bancos de importancia sistémica”, aseguraron el Banco Nacional Suizo (BNS, banco central) y la Autoridad Supervisora del Mercado Financiero (Finma) en un comunicado conjunto.
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“En caso de necesidad, el BNA pondrá liquidez a disposición del Credit Suisse”, agregaron las instituciones, en sus primeros comentarios tras una jornada en la cual los problemas del CS lastraron los mercados mundiales
La acción de la entidad, considerada como el punto débil de la red bancaria en Suiza, cayó 24,24 por ciento, con una capitalización bursátil de poco menos de 6.700 millones de francos suizos (7.200 millones de dólares).
El Credit Suisse satisface las exigencias
en materia de capital y de liquidez impuestas a los bancos de importancia sistémica
Durante la jornada de este miércoles, incluso, llegó a perder 30 por ciento y alcanzó un mínimo histórico a 1,55 francos suizos (1,66 dólares), a pesar de la intervención de su presidente, Axel Lehmann, para tranquilizar a los mercados.
Al ser interrogado acerca de si el banco necesitaba ayuda del Gobierno, Lehman respondió que ese “no es un problema”, dado que la entidad tiene “sólidos ratios financieros”.
Pero sus declaraciones no consiguieron calmar a los inversores. El descalabro de Credit Suisse se produce luego de la quiebra del banco californiano Silicon Valley Bank (SVB) por una ola de retiros masivos de sus clientes que dejó al establecimiento en dificultades para salir a flote por sí solo.
“Parece que cada vez más inversores miran hacia CS como la próxima ficha más probable del dominó en caer”, comentó Neil Wilson, analista de Finalto. Pero si CS tiene que hacer frente a “problemas existenciales”, son otro tipo de dificultades, en su opinión. “Es realmente demasiado grande para entrar en quiebra”, aseguró.
A diferencia de SVB, el establecimiento suizo forma parte de los 30 bancos internacionales considerados demasiado grandes para que se les deje caer en bancarrota, lo cual le impone asimismo una reglamentación más estricta para resistir en caso de sacudidas fuertes.
Dado que la preocupación se extiende más allá de Suiza, el Tesoro estadounidense declaró que estaba “vigilando la situación y en contacto con sus homólogos internacionales”.
La situación arrastró a las bolsas europeas, que cerraron este miércoles con fuertes bajas y pérdidas de más del 3 por ciento en París; Fráncfort y Londres con 3,83 por ciento y más del cuatro por ciento en Milán y Madrid.
Interrogado por Bloomberg sobre si el Banco Nacional Saudita podría invertir más dinero, su presidente, Amar Al Judairy, afirmó: “La respuesta es absolutamente no, por varias razones cada vez más simples, que son reglamentarias y estatutarias”.
Las sauditas poseen actualmente 9,8 por ciento del banco suizo. “Si superamos el 10 por ciento, entran en vigor una serie de nuevas reglas”, explicó.
El derrape del Credit Suisse renovó el temor a una crisis financiera mucho más severa, y rápidamente fue comparado al colapso de Lehman Brothers en septiembre de 2008.
“La crisis de Credit Suisse es un ‘momento Lehman’ para los mercados europeos y globales. ‘Demasiado grande para caer y demasiado grande para ser salvado’ ”, alertó Nouriel Roubini, que se ganó el apodo Dr. Doom por sus predicciones acertadas.
Larry Fink, CEO de BlackRock, el fondo de inversión más grande del mundo, alertó en una carta a sus inversores que la caída del Silicon Valley Bank, que el gobierno de Joe Biden se ocupó rápidamente de contener, podía ser tan solo el inicio de una “crisis progresiva” en el sistema financiero estadounidense, con más intervenciones y caídas de empresas en el camino.
La escalada que mostró la crisis financiera ya parece llevar a una primera consecuencia: los dos principales bancos centrales del mundo, la Reserva Federal de EE. UU. (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE), podrían alterar su política de subodas de tasas de interés, que comenzaron a aplicar el año anterior para bajar la inflación. De hecho, esas subas en las tasas de interés ha sido señalada como una de las causas de la crisis actual.
Para los analistas, es probable que la Fed siga aumentando las tasas, pero la decisión sobre el alza de la próxima semana será difícil. El desafío para la Fed ahora es cómo priorizar la inflación –que aún es demasiado alta (del 6 %)– ante los crecientes riesgos para la estabilidad financiera.
REDACCIÓN INTERNACIONAL
*Con AFP y Bloomberg