Un grupo de países de la región denunció este jueves que la presencia de actores externos como Rusia, Cuba, China e Irán en Venezuela se ha convertido en una amenaza para la estabilidad y la paz en este Hemisferio.
La denuncia fue presentada durante una reunión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA, en Washington, que se citó precisamente para analizar el rol de estas naciones en la crisis que sacude al vecino país.
El consejo fue convocado por Colombia, Estados Unidos y Venezuela y contó con la intervención de varios expertos en el tema.
Entre ellos Carlos Alberto Patiño, profesor de la Universidad Nacional de Colombia; María Werlau, del Centro Pensamiento Cuba Archive; Vladimir Rouvinkil, profesor de la Universidad Icesi de Cali y José Gustavo Arocha, un exmilitar venezolano.
En el Consejo brillaron por su ausencia un grupo de al menos diez países, en su mayoría caribeños, que ha decidido boicotear las sesiones que se convoquen para hablar de Venezuela y en las que esté presente Gustavo Tarre, el embajador que nombró el presidente encargado Juan Guaidó para que lo represente en la OEA.
Los países presentes, casi todos miembros del llamado Grupo de Lima, reiteraron el llamado que hizo la agrupación este martes cuando pidió que cese la intervención de Cuba y otros en los asuntos internos de Venezuela.
De acuerdo con Tarre, su país, bajo el régimen de Nicolás Maduro, no solo se ha convertido en un lacayo del gobierno comunista en Cuba sino en un centro importante del terrorismo mundial en el que tiene presencia miembros de grupos como Hezbollah y el Estado Islámico, al igual que una guarida para narcotraficantes y guerrilleros colombianos de las Farc y el ELN.
«El interés que tienen Rusia, Irán, Cuba y China no se limita a la frontera sino a poner un pie en este Hemisferio. Detrás hay una visión geopolítica de mayor magnitud y yo los invitó a que estén alerta», dijo Tarre en su intervención. Algo con lo que coincidió el embajador colombiano Alejando Ordoñez.
No nos equivoquemos. Estamos ante un plan fríamente calculado para desestabilizar la región
Según el exprocurador, la dictadura de Maduro «hace parte de una agenda global para irradiar el socialismo del siglo XXI. La migración y las alianzas continentales son parte de la estrategia para concretar ese propósito. No nos equivoquemos. Estamos ante un plan fríamente calculado para desestabilizar la región», sostuvo Ordoñez tras resaltar que se trata del riesgo más grave para la seguridad hemisférica.
Según el embajador, Maduro ya no tiene las riendas del país y «solo acata las órdenes que recibe de Moscú, La Habana, y Pekín». Dijo, de pasó, que si bien nunca imaginó que usaría una frase del gobierno comunista de Fidel Castro en Cuba, se había topado con una que caía como anillo al dedo para la situación actual.
«En 1959, Raúl Roa, entonces canciller de Fidel Castro, argumentó que la principal causa de la inestabilidad de la región eran las dictaduras y que había que aplicar la presión multilateral para asegurar la vigencia de los derechos humanos. Según el canciller, el principio de no intervención en los asuntos de otros Estados fue diseñado para proteger a democracias legítimas y no a dictaduras», dijo Ordoñez haciendo un paralelo con la situación actual y resaltando la ironía que encierran las palabras de Roa.
Para Brasil, representado por el embajador Fernando Simas, es absurdo que algunos países como los que abandonaron la sala denuncien una injerencia de la OEA cuando es evidente que son países como Cuba y Rusia los que están metiendo sus manos en Venezuela.
«La infiltración que ocurre hoy en Venezuela representa sin lugar a dudas una provocación intolerable frente a intereses geoestratégicos de todo el hemisferio», afirmó Sismas.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington
En Twitter: @sergom68