El fundador de Wikileaks, Julian Assange, reafirmó este jueves ante la justicia británica su oposición a ser extraditado a Estados Unidos, donde teme tener que enfrentar cargos más graves que la «piratería informática», por la que se le imputarían hasta cinco años de cárcel.
El australiano participó en esta nueva vista por videoconferencia desde la prisión de Belmarsh, en víspera a la condena de un tribunal que le determinó 50 semanas de cárcel en Reino Unido por violación de su libertad condicional, cuando se refugió en la embajada de Ecuador en Londres.
Assange, de 47 años, permanece recluido en un centro de alta seguridad en el suroeste de Londres desde que el 11 de abril fue detenido por la policía británica en
la legación ecuatoriana después de que este país le retirase el asilo diplomático concedido casi siete años antes.
El fundador de Wikileaks se había refugiado allí en junio de 2012 para escapar, en primer momento, de una extradición a Suecia por denuncias de agresión sexual.
Años después, estas acusaciones fueron archivadas, pero permaneció en asilo por temor a que lo entregasen a EE. UU., una hipótesis que ahora toma fuerza.
No quiero someterme a una extradición por un trabajo de periodismo que ganó numerosas recompensas
Al anunciar hace tres semanas la expulsión del australiano de la embajada, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, que revocaba así un asilo concedido por su predecesor y ahora rival Rafael Correa, aseguró haber recibido la garantía de Reino Unido de que «Assange no sería entregado en extradición a un país en el que pueda sufrir torturas o pena de muerte».
Ese mismo día, la abogada británica del experto informático, Jennifer Robinson, anunciaba que lucharía hasta el final para impedir su entrega a Estados Unidos, afirmando que la detención de Assange «crea un peligroso precedente para los órganos de prensa y para los periodistas» en el mundo.
Según Ben Keith, abogado británico especializado en casos de extradición, la batalla judicial podría durar entre 18 y 24 meses, y aseguró que «las posibilidades de ganar son escasas», explicando que en la mayoría de casos Reino Unido responde positivamente a las peticiones de extradición estadounidenses.
Por ahora, Assange se mantiene firme en que no quiere someterse a una extradición «por un trabajo de periodismo que ganó numerosas recompensas y protegió a mucha gente», dijo este jueves al tribunal.
Assange es acusado de haber ayudado a la exanalista de inteligencia estadounidense Chelsea Manning a obtener la contraseña para acceder a miles de documentos clasificados como ultrasecretos.
Manning, que nació varón con el nombre de Bradley hace 31 años y cambió de género en la cárcel, volvió a estar reclusa desde el 8 de marzo porque se niega a testificar ante un gran jurado que investiga a WikiLeaks y Assange.
Mientras tanto, los políticos británicos están divididos respecto a la condena del hacker. El líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, se opone a su extradición afirmando que el australiano «expuso pruebas de las atrocidades (cometidas por Estados Unidos) en Irak y Afganistán».
En cambio, el ministro de Relaciones Exteriores, Jeremy Hunt, aseguró que Assange no es «ningún héroe» y la primera ministra Theresa May afirmó que «nadie está por encima de la ley».
AFP