¿Qué pasa en el Sebin, al que señalan de conspirar contra Maduro?

A inicios de diciembre de 2012, días antes de realizar su último viaje a Cuba para someterse a la cuarta operación contra el cáncer que le aquejaba, el presidente venezolano Hugo Chávez firmó un decreto transfiriendo el control del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) a la vicepresidencia ejecutiva, ocupada entonces por Nicolás Maduro Moros, a quien días más tarde designaría como su heredero político.

Siete años después, el Sebin se ha convertido en una pieza central de la mayor crisis de gobernabilidad que ha enfrentado Maduro desde que, tras la muerte de Chávez, asumió la presidencia del país.

De todas las estructuras de seguridad del Estado venezolano, el Sebin es el órgano que hasta ahora parece haber estado más implicado en el intento de levantamiento contra Maduro impulsado el pasado martes 30 de abril por el líder de la oposición, Juan Guaidó.

No se trata de un órgano policial cualquiera.

«El Sebin es el cuerpo que ejerce labores de inteligencia en materia política. Ellos son los responsables de investigar a funcionarios, a políticos, a periodistas, a generadores de opinión pública. Cuenta con una moderna infraestructura para pinchar teléfonos, hackear cuentas e investigar a todo el que esté bajo sospecha», dice Sebastiana Barráez, periodista y analista de la fuente militar en Venezuela, en conversación con BBC Mundo.

Asegura que este organismo ha jugado un papel central en desvelar posibles conspiraciones contra el gobierno y cuenta con muchos más recursos y poder que su antecesora, la Dirección de los Servicios de inteligencia y Prevención (Disip), a la cual sustituyó en 2010.

Javier Ignacio Mayorca, periodista y consultor en temas de seguridad, indica que se estima que el Sebin dispone de una nómina de unos 2.800 empleados, aunque advierte que esa cifra incluye también a personal administrativo, por lo que no debe pensarse que todos están dedicados a tareas de inteligencia.

Pero, ¿cuán implicado estaba el Sebin en el levantamiento contra Maduro?

¿Centro de conspiración?

Las sospechas apuntan alto, hacia el general Manuel Cristopher Figuera, quien ocupó la dirección del Sebin hasta el mismo 30 de abril, cuando fue destituido de forma fulminante por Maduro.

Aunque el mandatario venezolano no dio explicaciones, el diario venezolano Últimas Noticias -cuya línea editorial es afín al chavismo- publicó una información según la cual las reuniones para planificar el «alzamiento» se realizaron en el Sebin con la participación de Cristopher Figuera y de varios de los políticos opositores que están presos en sus instalaciones.

La prensa venezolana también difundió el martes por la noche una carta atribuida al alto oficial en la que éste dice reconocer a Maduro como su comandante en jefe pero, al mismo tiempo, denuncia graves problemas en Venezuela.

Barráez le dijo a BBC Mundo que había logrado confirmar la autenticidad del documento.

El otro indicio que apunta a la participación del Sebin en los sucesos del martes fue la liberación de Leopoldo López, el más emblemático de los dirigentes políticos venezolanos apresados en los últimos años, quien se encontraba bajo arresto domiciliario bajo custodia de funcionarios del Sebin.

Tras recuperar su libertad, López dijo a la prensa que lo había conseguido gracias a la participación de un grupo de funcionarios, lo que dio pie a que se especulara con la posibilidad de que la orden de liberar a López proviniera del propio jefe del Sebin.

«Algunos testimonios que he recopilado indican que el propio general Christopher Figuera se presenta en la vivienda de Leopoldo López en la madrugada del 30 de abril y lo saca. De esa forma, los funcionarios que estaban de guardia pudieron despejar cualquier duda sobre la legitimidad de la orden y luego acompañaron a López hasta La Carlota (el lugar desde el cual Guaidó anunció el inicio de la operación para poner fin al gobierno de Maduro)», comenta Mayorca a BBC Mundo.

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Se desconoce el paradero del exdirector del Sebin.

Este viernes, la agencia Bloomberg publicó una información según la cual la esposa del alto oficial viajó el domingo pasado a Estados Unidos.

Barráez no tiene dudas sobre la participación de Figuera en el «levantamiento» y considera que ello derivó en una mayor implicación del Sebin e, incluso, de algunos funcionarios de la Dirección de Contrainteligencia Militar (DGCIM), de la cual éste había sido subdirector.

¿Un cuerpo fuera de control?

Tras los sucesos del 30 de abril, Maduro sustituyó a Figuera por el general Gustavo Enrique González López, quien entre febrero de 2014 y octubre de 2018 ya había estado al frente del Sebin, dónde tuvo una trayectoria polémica.

González López fue uno de los primeros altos oficiales venezolanos en ser sancionados por Estados Unidos durante el gobierno de Barack Obama, que lo acusaba de cometer graves violaciones a los derechos humanos durante la represión de las protestas antigubernamentales de 2014.

El funcionario, además, ha sido sancionado por la Unión Europea, Suiza y Canadá.

En aquel momento, como respuesta a las medidas de Washington, Maduro decidió nombrarlo también como ministro de Interior, cargo que ocupó entre marzo de 2015 y agosto de 2016.

La gestión de González López al frente del Sebin estuvo muy cuestionada al ser objeto de numerosas denuncias por violaciones a los derechos humanos.

Estas incluyen torturas físicas como golpes o choques eléctricos, pero también las llamadas «torturas blancas», mediante las cuales las víctimas son sometidas a situaciones de aislamiento por meses en celdas pequeñas sin luz ni ventilación natural, con muy bajas temperaturas y una luz blanca encendida las 24 horas, lo que conlleva a la pérdida de noción del día y la hora.

Muchas de estas denuncias están recogidas en reportes sobre derechos humanos, incluyendo el informe del panel de expertos de la OEA (Organización de Estados Americanos) sobre la posible comisión de crímenes de lesa humanidad en Venezuela, publicado en mayo de 2018.

El mayor escándalo de su gestión, sin embargo, fue la muerte de Fernando Albán, un concejal del partido opositor Primero Justicia, quién en octubre del año pasado falleció al caer al vacío desde la ventana de un décimo piso de un edificio del Sebin en Caracas, donde estaba detenido.

El gobierno de Maduro aseguró que se trataba de un suicidio, pero la oposición denunció que había sido un asesinato.

Esta no ha sido la única controversia reciente en la que ha estado implicado el Sebin.

El 27 de octubre pasado, agentes motorizados de ese organismo que portaban armas largas interceptaron la caravana presidencial en la que viajaba Maduro, creando un incidente que pudo «comprometer la seguridad» del mandatario, según reveló José Vicente Rangel, un periodista venezolano que fue vicepresidente ejecutivo del país durante el gobierno de Hugo Chávez.

Rangel atribuyó el suceso a problemas de «disciplina interna» dentro del organismo.

El episodio derivó en la remoción de González López y en el nombramiento de Figuera, quien destituyó a muchos de los funcionarios de confianza de su antecesor.

Otro suceso más reciente se produjo el pasado 13 de enero, cuando agentes del Sebin detuvieron brevemente al líder opositor Juan Guaidó cuando este se trasladaba por una autopista en dirección a un mitin político. Fue antes de que Guaidó se proclamara presidente interino el 23 de enero.

Entonces, el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, reconoció que la detención había sido un proceso arbitrario e irregular y anunció que los funcionarios serían sancionados y despedidos.

Guaidó quedó libre a los pocos minutos.

Cambios

Mayorca considera que el nombramiento de González López en el Sebin tras los sucesos del 30 de abril implica una «involución» para el organismo.

«Ahora se espera una mayor represión y, desde luego, una purga interna que probablemente afectará a la unidad de custodia de personalidades y a la unidad de contrainteligencia, llamada a detectar cualquier movimiento interno destinado a favorecer a Guaidó», apunta el periodista.

Barráez señala que ya está en marcha ese proceso de cambios en el Sebin.

«Lo primero que hizo González López fue traer de vuelta al equipo que había sido destituido por Figuera y ahora están tratando de hallar a una cantidad de funcionarios que no aparecen desde el martes y que, según presumen, estaban implicados en los hechos de ese día porque eran miembros del equipo de Figuera», afirma.

La experta afirma que González López es considerado como una pieza leal a Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Constituyente y número dos del chavismo.

«Tras lo ocurrido, Maduro no tiene otra opción que aliarse con Cabello, con quien ha mantenido una confrontación interna por el poder y regresar al Sebin a González López», dice en referencia a una supuesta disputa que ha sido negada en el pasado por ambos dirigentes del chavismo.

Barráez apunta que, por lo pronto, Maduro no controla el Sebin y que hay muchas dudas sobre el mismo pero que Cabello intentará volver a convertirlo en un cuerpo policial confiable para la «revolución bolivariana».

Pero, ¿y cuán grave fue para el gobierno que el Sebin estuviera implicado en el intento del levantamiento del martes?

«El jefe del Sebin debe ser alguien de la más absoluta confianza del presidente. Él es quien investiga, levanta informes, graba llamadas, interviene las redes. Cuando descubren que el jefe del Sebin y un número importante de funcionarios están comprometidos, obviamente entran todos en una situación de alarma».

«Es como recibir una puñalada en el corazón porque la lógica indica que, si en ese momento había una rebelión militar, Maduro debía apoyarse en el Sebin y en la DGCIM, que son los que pueden saber quién es quién. Pero resulta que ese organismo fundamental estaba a favor de Guaidó y comprometido con la salida del poder de Nicolás Maduro», responde Barráez.

Recuperar la confianza en el Sebin, sin embargo, será solo uno de los retos que enfrenta Maduro en esta nueva situación, en la que -según las autoridades de Estados Unidos- son muchos los miembros de su gobierno y de la Fuerza Armada que están dispuestos a abandonarlo.

Aunque es evidente que Washington dice eso para aumentar la presión, la situación para el mandatario venezolano se vuelve muy incierta pues las grietas en un cuerpo tan relevante como el Sebin quedaron ya en evidencia.

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