Cientos de miles de hongkoneses han salido a las calles desde el pasado domingo para protestar por una polémica ley que, de aprobarse, permitiría extraditar a ciudadanos en Hong Kong a China, lo que es calificado como una interferencia del gobierno de Xi Jinping en este territorio, considerado un refugio para los opositores del poderoso partido comunista chino.
La presión de las protestas ha sido tan masiva que el segundo debate de la ley, previsto para este miércoles, fue pospuesto de forma indefinida.
Con las de este 11 de junio se completan cinco jornadas de manifestaciones en casi una semana. La del domingo congregó, según cifras de los organizadores, a más de un millón de personas, y se convirtió en la más grande desde 1989, cuando 1,5 millones de ciudadanos salieron en apoyo a las movilizaciones en la plaza de Tiananmén.
La que parece ser una señal flagrante contra la injerencia de Pekín es ignorada por las autoridades locales, que omiten las aspiraciones «expansionistas» y «autoritarias» del presidente chino, Xi Jinping, que estaría buscando acabar con la política de ‘un país, dos sistemas’, según expertos.
Pero ¿qué tan probable es que esto suceda? Este es el Abecé de la tensión que se vive en Hong Kong.
¿Ya se habían dado protestas en contra de la injerencia de Pekín en Hong Kong?
Sí. El año pasado hubo masivas críticas contra Pekín por la construcción de un largo puente que une a Hong Kong con Macao, por la introducción de un tren bala que acerca más a esa región con la capital china, y por las amenazas a dos activistas (ahora refugiados en Alemania) debido unas marchas en 2014.
¿En qué consiste la ley de extradición que generó las manifestaciones?
La actual propuesta pretende modificar la Ordenanza sobre Delincuentes Fugitivos y sobre Asistencia Legal Mutua en Asuntos Penales, para así, según el gobierno local, tapar los vacíos legales que impiden que personas hongkonesas culpadas de crímenes en Taiwán o China sean extraditadas hacia esos lugares.
¿Por qué hay tanto temor hacia este proyecto?
Diversos activistas y oenegés como Amnistía Internacional advierten que de implementarse la ley se ampliaría la capacidad de las autoridades de China continental para atacar y censurar a sus críticos en Hong Kong.
¿Por qué Hong Kong es un territorio autónomo en China?
Hong Kong es junto con Macao una de las dos regiones administrativas especiales de la República Popular, como resultado de concesiones que hizo el gobierno chino a las exigencias de Reino Unido y Portugal, países que colonizaron esos dos territorios.
En el caso de Hong Kong, excolonia británica, su estatus especial le garantiza unos sistemas ejecutivo, legislativo y judicial propios y le dota, además, de fuerzas policiales, moneda, idioma y sistema educativo distintos al de China continental, aunque mantiene dependencia en asuntos de política exterior y defensa.
Con Xi en el poder ¿está amenazada la política de «un país, dos sistemas» en China?
Gina Tam, investigadora de la Universidad Trinidad de EE. UU., le dijo a EL TIEMPO que la idea de «un país, dos sistemas» siempre tuvo un límite: 2047. Sin embargo, todo indica que con Xi «Pekín está dando más señales de que no quiere esperar hasta esa fecha».
Según la experta, Pekín «ha puesto aprueba los límites de la autonomía de Hong Kong gradualmente desde 1997 (cuando se independizó), pero parece que aumentó su ritmo desde 2014», un año después que Xi llegó a la presidencia.
Es evidente que la forma como el gobierno responde a las protestas cambió. En 2003, las protestas contra la ley básica obtuvieron una victoria temporal. Más tarde, en 2012, las marchas sobre la educación cívica hicieron también retractar al gobierno.
Pero, las protestas de 2014, llamadas también «el movimiento de los paraguas», dieron un giro inesperado porque no cambiaron ninguna política, concluye Tam.
¿Por qué tiene Xi tanto afán en someter a Hong Kong?
De acuerdo con Mario Rodríguez, investigador del Real Instituto Elcano, desde que Xi asumió el poder en 2013 «ha intentado mantener su proyección de un hombre fuerte», por lo que pretende «salvaguardar el prestigio de que es capaz de imponer un modelo centralizado en China».
Sumado a ello, anota Tam, Xi teme que «una región con autonomía política pueda desafiar su poder y propiciar su caída». Entonces, para evitarlo tiene que «asegurarse de que exista lealtad de toda la ciudadanía en todos los territorios» y, de ser necesario, «tiene que deshacerse de disidentes y opositores», subraya la experta.
De todos modos, no hay que olvidar, manifiesta Victoria Hui, profesora de la Universidad de Notre Dame de EE. UU., que la República Popular es consciente de que Hong Kong es el «único lugar donde se puede conmemorar abiertamente la masacre de Tiananmén», lo que significa año tras año costos políticos para Pekín.
Pekín ha puesto aprueba los límites de la autonomía de Hong Kong gradualmente desde 1997 , pero parece que aumentó su ritmo desde 2014.
¿Qué intereses tiene Pekín en Hong Kong?
Stephan Ortmann, investigador de la Universidad de la ciudad de Hong Kong, estima que para Xi esta región es clave porque “fue la que sirvió como puente entre el Occidente capitalista y China misma para propiciar el crecimiento económico del país”, a través del aprovechamiento de la inversión extranjera que ingresó por allí.
Sin embargo, para Tam, el hecho de que la autonomía de Hong Kong pudiera cesar en 2047, hizo a Xi caer en cuenta de que si no hace nada antes de la fecha, el día que Hong Kong tenga que ser incluida como una ciudad más de China, habrá choques y rechazo de la población.
En efecto, sostiene la experta, “Xi intenta desgastar de forma paulatina la autonomía de la región” a través de alianzas con legisladores locales. #
¿Cómo se perfilan los movimientos independentistas en Hong Kong?
De acuerdo con Victoria Hui, profesora de la Universidad de Notre Dame de EE. UU., el asunto del independentismo en Hong Kong es muy limitado, pues “tras el fracaso de las manifestaciones de 2014 (conocidas también como el ‘movimiento de los paraguas’), solo los jóvenes radicalizaron sus aspiraciones”.
Muy similar, opina Rodríguez, quien cita encuestas hechas por la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong en 2016, para señalar que el independentismo solo tiene gran respaldo en la población entre los 20 y 25 años de edad.
“Las cifras indican que ni el 20 por ciento de la ciudadanía es favorable a la independencia de Hong Kong”, concluye el experto.
Hong Kong es el único lugar donde se puede conmemorar abiertamente la masacre de Tiananmén.
¿Cómo afecta lo que ocurre en Hong Kong a Taiwán?
Mientras en Hong Kong hay masivas protestas contra Pekín, los habitantes de Taiwán siguen de cerca lo que sucede en esa región. De hecho, asegura Rodríguez, cuando la política de «un país, dos sistemas» fue propuesta por Den Xiaoping «se hizo más bien pensando en presionar a Taiwán».
En ese sentido, lo que ocurre actualmente en la excolonia británica «no servirá para que Taiwán mejore su imagen de China», subraya el investigador.
A diferencia de Taiwán, Estado con un reconocimiento internacional limitado, en Hong Kong los deseos de separación de China son minúsculos. Sin embargo, desde 2013 la ciudadanía se enfrenta a las crecientes aspiraciones de Xi de concentrar más poder en el gobierno y de limitar la autonomía de otras regiones del país.
Solo el tiempo demostrará qué sacrificios están dispuestos a hacer los habitantes de esta excolonia en aras de no perder las pocas libertades que les quedan.
ALEXANDER BERRÍO MACHACÓN
Escuela de Periodismo Multimedia EL TIEMPO
Twitter: @adberrio1