El gobierno de Argentina ordenó este jueves el congelamiento de activos del grupo Hezbollah en el país y calificó como una organización terrorista al grupo islamista libanés, al que se le atribuyen dos ataques en el país.
El anuncio se produjo en el 25 aniversario del atentado a un centro comunitario judío en Buenos Aires en el que murieron 85 personas.
Argentina culpa a Irán y Hezbollah por el ataque, aunque ambos niegan cualquier responsabilidad. El secretario de Estado de EE. UU., Mike Pompeo, se encuentra en el país para conmemorar el aniversario.
El país sudamericano también culpa a Hezbolá por un ataque a la embajada israelí en Buenos Aires en 1992 que mató a 29 personas.
Veinticinco años pasaron de aquel 18 de julio de 1994, cuando a las 09:53 a.m. una bomba voló la sede del centro judío AMIA y causó 85 muertos, en el más grave atentado de la historia argentina que sigue impune, enredado en cuestiones geopolíticas y una maraña judicial.
«Lo que a mí me viene a la cabeza cuando pienso en esto es ese momento de oscuridad, un momento que se hizo interminable, un ruido, pero también un silencio de nosotros, de los que estábamos ahí. Creo que nuestras mentes no podían entender», evocó Anita Weinstein, sobreviviente de la explosión y quien trabajaba en la AMIA.
«Este atentado, si bien tenía un alto componente antijudío, antisemita, por supuesto, fue un atentado a la Argentina y a la sociedad argentina«, enfatizó esta mujer que años después volvió a su empleo en el edificio reconstruido en el Once, un barrio judío comercial en la zona céntrica de Buenos Aires.
Una camioneta cargada de explosivos voló el edificio donde funcionaban la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) y la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA).
Además de 85 víctimas fatales, de entre 5 y 73 años, 300 personas resultaron heridas.
Este miércoles se inauguraron tres murales conmemorativos en el Hospital de Clínicas, adyacente a la sede de la AMIA, donde se atendió a las víctimas en aquella mañana infernal. Mientras, este jueves fue declarado día de duelo nacional.
Argentina, con una colectividad judía de 300.000 personas, la segunda de América detrás de EE. UU., es el único país de Latinoamérica en el que ha ocurrido un atentado antisemita.
En un contexto de extrema tensión entre Israel e Irán, Buenos Aires había sufrido otro atentado dos años antes: el 17 de marzo de 1992 una bomba voló la embajada de Israel, causando 29 muertos y unos 200 heridos. Por el de la AMIA, se responsabilizó al movimiento chiíta libanés Hezbolá y a Irán.
La justicia argentina acusa a altos exfuncionarios iraníes de haber ideado el ataque, pero no ha podido tomarles declaración indagatoria.
Un memorándum de entendimiento con Irán firmado en 2012 por la exmandataria Cristina Kirchner (2007-2015) buscó según sus autores superar ese escollo, pero nunca se aplicó y ahora se investiga judicialmente como un caso de encubrimiento y traición a la patria.
Otro juicio contra la supuesta «conexión local» que proveyó la logística para el ataque fue anulado, al comprobarse que el juez pagó a uno de los implicados para que acusara falsamente a un grupo de policías y liberara a los primeros imputados.
Así se dejó de investigar la llamada ‘pista siria’, que vinculaba con el atentado a familias cercanas al expresidente Carlos Menem (1989-99).
Por esa operación, el exjuez Juan José Galeano fue condenado a seis años de prisión el pasado 28 de febrero en un juicio oral por desvío de la investigación.
Menem fue absuelto, pero su exjefe de inteligencia Hugo Anzorreguy fue sentenciado a cuatro años de cárcel, entre otros inculpados.
Las organizaciones de familiares de las víctimas fueron querellantes y denunciaron el encubrimiento, en un enfrentamiento con las autoridades de la colectividad, alineadas con el gobierno de derecha israelí.
Este atentado, si bien tenía un alto componente antijudío, antisemita, fue un atentado a la sociedad argentina
«La justicia ha fracasado rotundamente. Son 25 años del atentado y la realidad es que no tenemos nada», deploró Diana Malamud, esposa de una de las víctimas y líder del grupo de familiares Memoria Activa.
Antes de asumir en 1989, Menem había ofrecido a países árabes que colaboraron en la financiación de su campaña venderles tecnología militar e insumos nucleares a Irán, lo cual no cumplió tras alinearse con EE. UU. en la política exterior.
La justicia ha fracasado rotundamente. Son 25 años del atentado y la realidad es que no tenemos nada
Entre otras hipótesis, se sospecha que el atentado pudo ser una venganza por esos compromisos incumplidos.
Por su parte, funcionarios estadounidenses y argentinos dicen que Hezbollah opera en lo que se conoce como el área de la triple frontera que involucra a Argentina, Brasil y Paraguay, donde una economía ilícita financia sus operaciones en otros lugares.
AFP y Reuters